Entre los 45 y los 50 años comienzan a producirse en la vida de la mujer esos temidos cambios hormonales que van a repercutir en gran parte de las funciones de su organismo: sofocos, dolores de cabeza, irritabilidad… son algunos de los síntomas que anuncian que todo va a cambiar.
Al aumento del riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, subida de las cifras de colesterol, elevación del azúcar en sangre, ganancia de peso, hipertensión, y un largo etcétera, se suman también una serie de repercusiones bucodentales en las que quizá no nos habíamos fijado.
Entre esas consecuencias, la reducción de progesterona provoca una bajada de la densidad ósea de la mandíbula, lo cual va a poner en riesgo el sustento de nuestra dentadura. Gingivitis descamativa y periodontitis más osteoporosis, sequedad bucal, síndrome de la boca ardiente, debilitamiento de la mucosa bucal y caries radiculares son cinco de los efectos más notorios que podemos sufrir con la llegada de la menopausia.
La buena noticia es que, si lo sabemos, podemos poner todo de nuestra parte para cortarle el paso. Te decimos cómo con ayuda de la doctora Irene Esteve, odontóloga y experta en estética dentofacial.
1. Gingivitis y periodontitis, el sangrado que nos alerta

A día de hoy, se estima que el periodo de la menopausia ocupa casi la mitad de la vida de la mujer, puesto que la esperanza de vida ronda los 85 años de media. por eso, es importante que estemos atentas a determinados síntomas para ponerle freno a un deterioro natural, pero no obligatorio ni acelerado.
Así pues, en esta etapa vital, "en la que se suceden los cambios hormonales, es esencialcuidar la salud bucodental más que nunca", comienza explicando la doctora Esteve.
Por lo que respecta a los sangrados, a partir de los 50 lo más probable es que se suceden con mayor asiduidad. "Los cambios hormonales provocan efectos secundarios en las mucosas del organismo y en las de la cavidad oral. Con estos cambios suele aparecer la gingivitis que, si no se trata a tiempo, puede desembocar en una periodontitis y el consiguiente riesgo de pérdida dental".

Concretamente, la gingivitis descamativa produce la separación de las capas externas de las encías, lo que deja la base del diente sin protección ni sujeción. Como consecuencia, las bebidas demasiado frías o calientes provocan una sensibilidad desagradable e inesperada.
Otro signo visible de que la gingivitis está haciendo acto de presencia es que las encías se muestran enrojecidas, con cierto dolor y, además, que sangren con el cepillado. "Para evitar que evolucione a periodontitis, una enfermedad de las encías mucho más grave, hay que consultar con el odontólogo, puesto que existen tratamientos eficaces para que revierta. Mientras, para combatir los efectos de la osteoporosis, debemos aumentar la ingesta de calcio y vitaminas C y E".
2. El Síndrome de la boca ardiente

Otra de las consecuencias sobre la salud bucal, una vez hemos iniciado la menopausia, puede ser el denominado por los expertos Síndrome de la boca ardiente. "En esta etapa de la vida de las mujeres es muy prevalente, y los profesionales lo definimos como una sensación de quemadura o ardor que suele afectar a la lengua, y también a los labios, encías, paladar y garganta", explica la doctora Esteve.
De la misma manera que con la gingivitis, la solución a este problema pasa por consultar al especialista para ponerle remedio cuanto antes.
3. Debilitamiento de la mucosa bucal

Al reducirse la producción hormonal, las mucosas presentes naturalmente en la boca se van volviendo cada vez más frágiles, debido al adelgazamiento de su textura. Para adelantarnos a las complicaciones que pueden derivar de ello, es aconsejable mantener una correcta higiene dental.
En este punto, la experta pone el foco "en un cepillado concienzudo, con el uso de colutorios apropiados para cada necesidad, el uso del hilo dental siempre, así de como irrigadores. Todo ello es fundamental para mantener una buena salud dental en la etapa de la menopausia". Y añadimos la necesidad de acudir regularmente al dentista, así como alejarnos del consumo de tabaco y alcohol.
4. Aparición de la xerostomía: cuando sentimos la 'boca seca'

La saliva es un elemento imprescindible de la boca de todos los seres humanos, puesto que contribuye a mantener hidratados los tejidos, limpiando la cavidad bucal y controlando las bacterias presentes. Lo malo es que, cuando aparece la menopausia, esta secreción salival disminuye, y se presenta la sequedad bucal.
La consecuencia de este fenómeno, llamado médicamente xerostomía, es que aumentan significativamente las probabilidades de desarrollar caries y algunos otros tipos de infección. Eso, sin hablar de los problemas 'sociales' y de autoestima que pueden derivarse de una boca pastosa, dificultad para tragar, sequedad en la garganta o lengua áspera.
La última de las consecuencias de las que hablamos, es la halitosis que, según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) está asociada en un 60 por ciento de los casos a problemas en las encías.
5. Caries radiculares

Como ya hemos comentado, la gingivitis descamativa es una de las causas que sucede en la menopausia y que acelera el proceso de la caries dental. La razón es que la raíz del diente queda expuesta a agentes externos que se van acumulando en la zona, alimentando la generación de bacterias.
Así pues, durante la menopausia causas como la sequedad de las mucosas provocan que la boca deje de estar hidratada, no se produzca la limpieza natural necesaria, y las posibilidades de caries aumenten. De nuevo, el ritual completo de higiene dental es imprescindible para frenar el avance de las bacterias.
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